jueves, 18 de mayo de 2023

PATRONES

Muchas veces nos encontramos en ciclos de lenguaje repetitivo, expresemolo así. Se comienza a escuchar conversar personas, con palabras que si bien tienen algún significado, se vuelven repetitivas y preocupantes. En ocasiones por la constante utilización en medios y redes, sin criterio estas manifestaciones.  Se desconoce, si realmente la comprenden desde su propia experiencia o lo reiterativo de estos vocablos se hacen parte de una jerga. Que se vuelve contaminante y descalifican la verdadera intención y significado.

Para mayor comprensión señalaré algunas palabras y expresiones que se hallan en el ambiente:  “empoderada(o)”, “salir de la zona de confort”, “emprendedor(a)”, “resiliensia”, “ataque de pánico”, “ego”, “toxico(a)”, entre otras.

Estos términos son manifestaciones utilizados por entrenadores(as) o mejor conocido como coach (anglicismo mercantil),  que a través de talleres o cursos rápidos, dan orientaciones con componentes conductuales generales, que permitan a personas sin patologías (en la mayoría de los casos) con la premisa que logren orientarse y avanzar en sus metas.

Sin embargo para los profesionales que se encargan de llevar a cabo tratamientos sobre el comportamiento humano (Psicólogos) y aquellos elaboran diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades mentales de carácter orgánico y no orgánico (psiquiatras), aunque utilizan en menor grado esas expresiones, a sus tratantes los van llevando por medio de la experiencia (sin conceptualizar), todo crecimiento importante que amerite superar en cualquier ámbito de su vida. La suma de la interiorización y experiencia lleva a la comprensión total del proceso en el individuo . Y se logra con la apropiación de la información, siendo más consciente de la transformación, sin necesidad de sumarse a la jerga perdiendo el valor del lenguaje.

Consciencia y valores son fundamentales cuando guiamos a los seres humanos, pertenecientes a un convivir entre colectivos, en una sociedad que busca cada  día ser más sana, equilibrada. Desechando las etiquetas, la exclusión, los patrones de lenguaje, conducta, calificación entre otras posturas inadecuadas que deterioran la armonía de la interrelación humana.

Crecimiento y superación no es sentirse distinto al otro, todo lo contrario es un proceso adaptativo consonante con lo que nos rodea. Madurez no es cuestión de edad, es parte de forjar carácter con equilibrio emocional, mental y espiritual.

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