EL PLACER DE COCINAR

¿Cuando ocurre esto en nuestra cocina?, que nos sintamos seducidos por preparar platos y postres con alegría, con agrado de cautivar el paladar de tus seres queridos o amigos.  Sobre todo cuando la rutina nos arropa, nos incomoda o trastoca nuestro tiempo individual que tanto nos pertenece, pero que se deja de último, olvidando lo importante que es.

Al que le gusta cocinar, la mayoría de las veces le impulsa la creatividad, allí se conjuga la fantasía, las habilidades, ideas, combinaciones, colores, sabores y hasta música o sonidos que subyugan, aunado a los afectos de tus comensales.

El cocinar es mágico, su mundo es versátil, una por la variedad de hortalizas, verduras, frutas, carnes y condimentos que existen en el mundo, eso lleva lo cultural al realizar el plato desde lo más simple hasta lo más complejo, queriendo un resultado óptimo para el paladar.

Existen las ocasiones especiales, los encuentros por celebración, las fiestas por épocas significativas o simplemente tener un acercamiento, que la excusa es una comida. 

Lo que sí, es lo grato cuando sucede ese festín bien sea de muchas, o pocas personas y eres el o la que cocina, también puede ser que se unan varios a cocinar  el banquete. La armonía es fundamental para ese proceso creativo, la disposición y el cariño que nos conecta con los invitados es allí donde ocurre la invención como un proceso, que el mayor resultado son sus rostros al probar cada plato, su deleite. Cocinar se convierte placentero, son maneras que seducen, agradan los sentidos, es un reencuentro contigo con los demás, comunicando respeto en el resultado final, que activan la unidad de los que participan en el acercamiento.

En algunos lugares del mundo existen familias que hacen de estos encuentros  algo sagrado y que perdura en el tiempo afianzando los lazos de unión y el agradecimiento a los elementales que coadyuvan a los resultados de los deliciosos platos realizados.

En otros lados del mundo debido al sistema de vida, ha ido desapareciendo los encuentros a través cocinar y compartir este maravilloso oficio que tiene como gran beatitud el acercamiento, el compartir,  sobre todo la unidad de los que más amas, que son tus seres queridos y amigos que la vida se ha encargado de colocar cerca.

¿Desde cuando no cocinas para los tuyos, desde el amor y la gratitud? Si no lo has hecho nunca, ¡atrevete! “Cocinar es un placer”.