produce
un sonido particular debido a su movimiento,
ritmo o vibración. Es más, todos esos sonidos
o vibraciones
componen
una armonía universal en la que cada elemento,
sin
perder su propia función y carácter, contribuye a la totalidad" Pitagoras
Nuestro cuerpo está en constante movimiento y por ello cada
una de sus partes, ya sea un órgano o un
chakra (centro de energía), tiene un registro de vibración o frecuencia perfecta,
sana. En estado de salud el ser humano vibra en armonía y equilibrio.
Sin embargo ese estado de equilibrio
puede perderse debido las tensiones
físicas y emocionales, llegando a producir múltiples dolores y enfermedades
físicas, mentales y espirituales. Cuando
estamos enfermos, se
debe a que alguna parte de nosotros no está vibrando
en armonía consigo misma o con el entorno. Esta disonancia o enfermedad puede
equilibrarse con sonido y voluntad ‚ devolviendo su estabilidad donde se
encuentra la discordancia.
El sonido de los cuencos logra
silenciar nuestro diálogo interior y permite detener nuestros agotadores pensamientos conscientes, aproximándonos
a un elevado estado de conciencia.
Se ha comprobado que los cuencos
producen un tipo de onda equivalente a las ondas alfa y theta, las mismas
producidas por el cerebro. Por ello, dicho sonido permite alcanzar un
placentero estado de relajación, siendo posible que nuestro cuerpo pueda llegar
a un sutil sentido de meditación muy profunda y la experiencia de apertura del
espacio interno.
Por el principio de resonancia que es
posible modificar estas frecuencias alteradas a través de la transmisión de
otras frecuencias. Y eso es lo que convierte al sonido en un proceso
terapéutico capaz de abrir la puerta al equilibrio físico, emocional, mental y
espiritual. Y es que merced al principio de resonancia, que el sonido de los
cuencos de cuarzo y los cuencos tibetanos (metálicos) ajusta la vibración de la
persona a la misma frecuencia emitida por el cuenco, es decir, terminan ambos
vibrando al mismo ritmo.
Los sonidos de los cuencos nos
equilibran la energía y mejoran nuestra calidad de vida ya que armonizan
principalmente el sistema nervioso y el cardíaco, elevan las defensas del
organismo y nos inclinan a estados profundamente introspectivos de gran
beneficio para nuestra salud.
Beneficios
de una terapia con cuencos:
•
Reducción del estrés y la ansiedad.
•
Mejora de la concentración y de la Creatividad.
•
Reafirmación de la autoestima.
•
Equilibrio de procesos emocionales.
•
Fortalecimiento del sistema inmunológico.
•
Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza.
•
Mejora de la Visión (Física, Mental y Espiritual).
•
Equilibrio de los hemisferios cerebrales.
•
Mejora del Sistema Auditivo.
•
Estímulo de la actividad de las ondas alfa o de meditación profunda.
•
Aumento de la energía.
•
Fácil acceso a la intuición y a la conciencia superiores.
Esos sonidos tienen efectos provechosos para:
Facilitar estados de relajación y
meditación
Calmar dolores leves, especialmente de
cabeza
Estimular en estados anímicos decaídos
Relajar en estados anímicos exaltados
o nerviosos
Desbloqueos emocionales
Armonizar los chakras y de la energía
en general a todos los niveles
Favorecer estados de trance
Tipos de cuencos
Los cuencos de cuarzo emiten e inducen
un modelo de onda alfa que es el mismo que emite el cerebro en los estados
meditativos y de profunda calma. Y se ha podido comprobar que en esos estados
hay un aumento significativo de la producción de linfocitos T, responsables del
sistema inmunitario.
Cuencos de cuarzo |
Cuencos tibetanos |
El sonido de los cuencos de cuarzo y
de los cuencos tibetanos, toca de manera global al ser. Primero equilibra su
cuerpo energético y los chakras (centros de energía) y luego limpia el campo
áurico. Además, la vibración repercute en la columna que actúa como vehículo de
resonancia y se extiende a través del sistema nervioso a nuestras células,
tejidos y órganos. Esa es la razón de que la vibración producida por los
cuencos tenga la capacidad de disolver bloqueos en el cuerpo físico y sutil así
como de que se utilice en casos de contracturas musculares, roturas y otros
problemas óseos.