martes, 10 de mayo de 2016

ALGUNOS JÓVENES POETAS LATINOAMERICANOS


AARÓN ALMEIDA HOLMQUIST - VENEZUELA

Puesta en escena

Erase una vez la paz

Yo reía

Era tronco de vivo pavimento

No vestía sayales con peste a extravío
ni escribía
manuscritos de guerra

Era una cometa con sueños a bordo
dueño de un itinerario libre de puñales

Hoy

no ha sido fácil entender
que se es un pendejo de cartón

Un mimo llorón con epidemia

Un enamorado
con el destrozo
a cuestas


Aarón Almeida Holmquist (Caracas, Venezuela. 1981) Docente, escritor, artista urbano y promotor cultural. Ha fusionado sus textos poéticos con el Arte Correo, la técnica de escritura y lectura táctil Braille, la técnica del Stencil, acciones callejeras. Cuenta con dos poemarios inéditos: Una sola carne y Cuestiones del corazón. Actualmente ejerce la presidencia de la Fundación Arte Común.

ELI SANDINO MARÍN - VENEZUELA
Somos aves

las ciudades, los campos

las banderas, la geografía

son las nubes que rompemos a diario.

El cielo que vemos al elevar nuestras cabezas

es un océano sideral esparcido

bajo un navío ardiendo,

bajo una ballena de luz

que nos quema la piel

que forja mundos para sus rutas

que encalla en nosotros

y nos vuelve orillas

que se va a dormir;

entonces lo azul

se hace más profundo

vemos miles de agujeros

como peces en el mar,

somos  aves

vamos a la luna

como a la isla del huevo primigenio,

apostamos al viento

como a nuestro más puro ululato,

lanzamos silbos de grafito

en cielos  de papel

somos aves…


Eli Sandino Marín (Maracay, 1991) Bachiller en ciencias, ha participado en diversos recitales en su región. Ha publicado una plaquette, El bailar del viento con tus dedos, a través de la editorial La Espada Rota & Actors Production. Recientemente ha publicado su libro Peces en la luna.

TANIA CARRERA- MÉXICO
Horizonte
I

Inmóvil sobre la rama,

una urraca se incendia

en el atardecer.

La miro desde lejos

y le doy la espalda al sol.

Ella no sabe que en sus plumas

se quema todo lo que busca.

Su ambición le lame el cuerpo,

y ella se va despintando

conforme acaba la tarde.

II

Sólo la intuición delinea su figura.

Tal vez lo que miro sean:

sus garras como ganchos

en la rama,

o su rostro de carbón,

tal vez los ojos que nacen en la noche.

No lo sé. Y sé

que pronto será una ráfaga de oscuridad,

el murciélago

hará temblar la rama.


Tania Carrera (Ciudad de México, 1988) otorga un discurso que se destaca por la creación de imágenes a partir de la contemplación de la naturaleza. Tania Carrera actualmente es becaria en la Fundación para las Letras Mexicanas en el género de poesía.



 ANDI NACHON – ARGENTINA

de Warzsawa

Tapame los ojos:
hace frío detrás de las ventanas y este sábado
el invierno se disuelve entre nosotros. Da vértigo

tapame los ojos. No sé
qué hacer con este frío sobre mi cuerpo
algunas noches, reconozco
esa marca detenida en mis muñecas:
signo
que mostrar orgullosa levantando los brazos: "Esto
han hecho con mi cuerpo". Así
como un refugiado muestra
sus dedos sin uñas y eso
se vuelve su último orgullo. El tuyo.
Da vértigo, el frío recortando cada objeto. Entre nosotros

llega otro invierno. Una papa
humeando desde un cacharro de metal -para ver
desde allí- los ojos del amo:
tapame la cara

mirando hacia adentro,
hacés té y leés
tranquilo al calor de la lámpara
afuera
el invierno golpea, no sé
qué puedo decirte desde este puerto: "hizo frío
y el día se extinguió lentamente - casi- sin dolor". Ahora
se dan vuelta los ojos y sube el vértigo, cubrime la cara
tapá
este frío de refugiada que mataría
por el calor de una papa. Cuerpo

helado al costado del camino
- el mío- frente a una linterna
encandilada, para gritar: esto
han hecho conmigo. Mientras la noche
profunda se instala y corren
suaves gotas sobre las ventanas. - "No,
no deberíamos ser apacibles"-. Ahora:

ojos volcados hacia adentro
como quien dice - levantando los brazos-
"hagan
lo que quieran con este cuerpo", en medio del invierno
vos
leés al calor de una lámpara y esta noche
se instaló suave, prácticamente calma.

Andi Nachon nació en 1970. Ha publicado: Siam (Nusud, 1990), Warzsawa (Bajo La Luna Nueva, 1996), Taiga (Suscripción, 2000), Goa (Tsé tsé, 2003) y Plaza Real (La Bohemia, 2004). Dos compilaciones: Taiga no rio de janeiro (Ediçoes da passagem, Rio de Janeiro, 2001) y Villa Ballesta - Ñuñork (Surada, Sgo de Chile, 2003). Con ilustraciones de Sebastián Bruno, De vos a mí, digo (Suscripción, 2002). Integra las antologías El turno y la transición — compilador Julián Ortega— (Editorial Siglo XXI), Monstruos —compilador Arturo Carrera— (Editorial Fondo de Cultura- ICI), Poesía Erótica argentina 1600-2000 —compilador Daniel Muxica— (Editorial Manantial) y Agua de beber —compiladora Mónica D´Uva— (Editorial Nusud). Desde 1999 es parte del colectivo artístico interdisciplinario Suscripción.

MARíA DE LOS ÁNGELES MARTÍNEZ – ECUADOR

La sacrílega comedia

Si Dios desciende seguro le destrozamos,
cada uno querrá un souvenir de Dios.
Se harán urnas y escapularios,
de sus partes cercenadas,
de su divinidad.
Se venderán
pedacitos pirateados, falsos.
y la humanidad será feliz con una nueva mentira
guardada en el disco duro,
bajo la almohada,
o cosida al sostén.
Bienaventurados los que tengan
un trozo del ser supremo
que ellos tendrán vacaciones,
y seguro social, y auto del año.

Por eso Dios se queda arriba,
con razón nos promete resurrecciones diplomáticas
y no viene jamás a visitarnos.


María de los Ángeles Martínez (Cuenca, 1980) Estudió historia y geografía. Ha publicado Un lapso de impiedad (1999), Subcielo (2002) y Vidrios rotos (2007). Integrante del grupo La Esponja. Consta en las memorias del I Festival de Poesía Joven Hugo Mayo (2005).



JULIO ESPINOSA GUERRA – CHILE

I

Cachorros de chacal
aun antes de poder ver
con una gasa opaca pegada al iris
masticamos inseguros
las primeras palabras
pero el sabor de la tinta
derramada en nuestro hocico
que cubre de un barniz oleaginoso nuestra lengua
pronto
nos entusiasma
y más ciegos que antes
corremos tras las presas
para morderlas en la yugular.

II

En un extraño proceso de metamorfosis
la lengua nos momifica
llenándonos la boca de algodón

Taxidermistas de nosotros mismos
nuestros ojos son las presas
alfileres
las palabras.

III

No recordamos esos objetos
Han perdido el nombre
Son extraños animales extintos
que no tienen selva donde moverse

Sin que lo notáramos
fueron desangrándose
tras las rejas que les construimos

Y ahora
para decirlos
nombramos la nada

Limpia las cosas del desván.
Deja esa cosa ahí.

Increíble capacidad exterminadora

Terrible náusea la de caminar
en medio de tanta cosa muerta

Tremenda sorpresa la de descubrir
toda una realidad
pudriéndose en los armarios.


IX

Te acercas a la caja
con tremenda devoción
a sus insectos

Los miras e inspeccionas
sin atreverte a librarlos
de sus alfileres

Pero cuando nadie te ve
a la hora de la siesta
por fin te decides

Levantas el cristal
y te das cuenta
de que tanta muerte
también cabe en una página

Para quitarles el polvo
soplas sobre sus caparazones

Sin querer
se tocan sus membranas
se funden sus barrigas
y otro animal
inclasificado
deja su rastro en el poema.


X

No hay suficientes páginas
para calmar el ruego de los insectos
que día tras día
encuentro arrodillados en mi lengua
ni tantos alfileres
para mutilar la mirada de las moscas
en mis ojos

Tú lo sabes
aquí dentro
en la mitad de mi garganta
nace la palabra río
y la palabra tiempo

Y no hay enjambre ni herida
que puedan detener su zumbido.

Julio Espinosa Guerra (Santiago, Chile, 1974). Poeta y narrador, ha publicado los libros "Cuando la rosa aún no existía" (1996), "La soledad del encuentro" (1999), "Las metamorfosis de un animal sin paraíso" (Premio de Poesía "Villa de Leganés", España, Editorial LF, 2004), "Antología: la poesía chilena del siglo XX" (Visor Editores, 2005) y "El día que fue ayer" (2006, novela). Además ha obtenido las becas de la Fundación Pablo Neruda (Santiago, 1998) y de creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura de Chile (Santiago, 2000).  Su   libro de poemas: "NN", donde lleva a cabo una reflexión sobre la relación entre palabra y realidad, fue galardonado con el IX Premio Hispanoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz y será publicado en México. Desde el año 2001 reside en España.

PABLO GALANTE – URUGUAY

Música

Busco lo que prometo traer desde lejos
(el sonido del viento en el caracol del deseo)

estaba pensando en el corazón de un león en invierno
y en una mujer soltándose los pétalos
en un segundo de descalzo principio
debajo de un bosque de sueño

esta es la música que siento
hundiendo la humedad en lo desconocido

lo que no nos pertenece nunca es lo que más deseamos

sólo pedimos un poco de tiempo

necesitamos aullar en las profundidades calmas
del perfecto silencio.

PABLO GALANTE Nació en Montevideo en 1970. Es periodista, diseñador gráfico, operador de cine y poeta. Fue ilustrador de las revistas Graffiti y Relaciones de Montevideo. Publicó: Estribor Intrépido, 1995.

SERGIO GARECA – BOLIVIA

AUTORETRATO CASI A LOS 32
La psicología no es tan difícil. Pongamos, por ejemplo:

SERGIO GARECA: Es la historia del autodesprecio. Procaz, suspicaz y pusilánime. Su única medida es el exceso. Tiene una saludable doble personalidad, en desmedro de la otra. Escribe, porque ya se ha asumido como un músico fracasado. Sin duda, ya pertenece a la fauna del infierno. Por eso la única mujer que lo ha amado también ha optado por abominarlo. Su alma está tan agujereada que hay que comprar api para tragarse ese buñuelo. Ha hablado tanto y tan mal de todos los gobiernos que ni el mismo puede gobernarse. Practica el vampirismo literario, succionando la sabiduría de los más viejos y el ímpetu de los más jóvenes. Posee un corazón oceánico pero vacío. O sea, ama como un planeta abandonado, sin atmósfera, con absoluta soledad, cuyo único atractivo es la distancia y la falta de civilización. Si no contesta el celular es que odia a la humanidad entera y a veces no hay caso de hacer excepciones. En él habita la eterna lucha del bien contra el mal, una diablada interior, en la cual, es vergonzoso decir, al ángel le sacan la mierda a cada instante. Goza del mal cuidado de sus benevolentes amigos. Su alma también es un bello jardín de mala yerba y Andrés Huayllas, de lagartos, arenas y paja brava. Aún es un perro- cometa, pero en cenizas. De su hija ha heredado el nombre de su destino.

Sergio Gareca  Nacido en la ciudad de Oruro, en 1983, ha publicado los libros: Historia de la luna (2004) y Bostezo de serpiente infinita (Poesía Visual, 2009). Algunos de sus poemas se consignan en la antología de poesía joven boliviana Cambio Climático (2009). Además ha publicado ensayos en varios periódicos nacionales.

miércoles, 4 de mayo de 2016

SOCIEDAD ENFERMA



“Uno necesita estar libre del miedo y del
condicionamiento mental antes de poder ofrecer
 cualquier servicio significativo. La libertad
 interna es el requisito previo de la libertad social y política.
 Los políticos usan el lema de “servir al pueblo”
 como una cortina de humo. Una vez llegan
 al poder su meta principal es permanecer en el poder,
 por las buenas o por las malas. La historia de la política
 está llena de decepción, corrupción y desilusión.
 La política se ha convertido, como la religión,
 en parte del problema, y no en parte de la solución.”

Jiddu Krishnamurti (1895-1986) para quien no lo conoce, fue un conocido escritor y orador en filosofía especialmente en materia espiritual. Sus ideas primordiales se encontraban la revolución Psicológica, propósitos de la meditación, la naturaleza de la mente, la importancia de la educación, la relación humana y como llevar un cambio positivo en la sociedad global. A través de su experiencia llegó a conclusiones importantes sobre la libertad, la disolución de creencias fijas, el logro de la verdadera transformación y el saber fluir dentro de los constantes cambios con mentalidad rápida y de manera elástica.

Coloco un texto de una persona que estaba buscándose y un amigo le realiza un encuentro con Krishnamurti.  Conversan, permitiendo mostrar la sabiduría con que expresa lo fundamental, los condicionamientos constantes a lo que somos sometidos, la debilidad para avanzar como el miedo y la vida misma.

LA RELIGIÓN Y LA POLÍTICA SON PARTE DEL PROBLEMA
Mi encuentro con Jiddu Krishnamurti me reveló una visión totalmente diferente a las de Gandhi y Vinoba. Según ellos, uno encuentra significado en su vida a través del servicio. Pero Krishnamurti enfatizaba la necesidad de la libertad. Uno necesita estar libre del miedo y del condicionamiento de la mente antes de poder ofrecer cualquier servicio significativo. La libertad interna es el requisito previo de la libertad social y política.

La libertad espiritual emerge cuando se indaga profundamente en la consciencia
En 1960 yo estaba en la ciudad de Varanasi (Benarés). Allí un amigo, Achyut Patwardhan, me dijo: “Debes conocer a Krishnamurti. Tu historia de entrar en una orden religiosa y luego abandonarla, le fascinará. El también abandonó su orden”.
Había oído hablar de Krishnamurti. Muchos de mis amigos eran admiradores suyos. Eran lectores asiduos de sus libros y habían acudido a sus discursos. Pero yo conocía muy poco de él y de que había dejado una orden religiosa. Achyut alegremente disipó mi ignorancia:
“Solicité, a través de Achyut, poder entrevistarme con Krishnamurti. Arreglado el encuentro, fuimos a la casa de huéspedes del colegio y Achyut tocó suavemente a la puerta. El mismo Krishnamurti, listo y expectante, abrió la puerta. “Este es Satish, el que fue monje jainista”, dijo Achyut, presentándome. “Buenos días, señor”, dijo Krishnamurti, con voz educada y suave. Yo era un joven ordinario de veinticuatro años de edad, así que me sorprendió que me llamara “señor”. No sabía qué decir. Salimos a dar un paseo matinal por la orilla del Ganges. El alba apenas rompía. En esa luz tenue miré al gran hombre, del cual había oído hablar tanto. Tenía sesenta y cinco años, pero andaba con paso enérgico. No muy alto, y sin darse aires, parecía ser un hombre muy amable.

Lo sagrado ha perdido su significado y se ha convertido en concepto y ritual
Justo al borde de la ribera había una familia de peregrinos que se metían en las aguas sagradas. Krishnamurti comentó: “Los hindúes consideran sagrado el Ganges, pero permiten que aguas residuales, excrementos y otras porquerías de la ciudad fluyan al río. La palabra sagrado ha perdido su significado y se ha convertido en un mero concepto. Bañarse en el agua sagrada no es más que un ritual”. Su cara denotaba una expresión de tristeza.
“Ayer, Achyut me habló de cómo disolviste la Orden de la Estrella. Lo habrás comentado muchas veces, pero me gustaría oír de ti por qué lo hiciste”. “Sentí –dijo- que no hay un programa fijo con el que se pueda llegar a la verdad. La verdad es una tierra sin caminos. Ninguna religión es capaz de llevarnos a la espiritualidad o a la libertad. Las religiones son una causa de esclavitud tanto como cualquier otra. Sólo nos pueden ofrecer una jaula o prisión religiosa. Para andar libres tenemos que deshacernos de todas las muletas. Las religiones no son más que los intereses creados de la creencia organizada, separando y dividiendo a las personas. Las religiones se basan esencialmente en el miedo. Cuando comprendí esto, cuando lo vi claro, como la luz del día, me dije: si es así, entonces yo no puedo liderar una orden religiosa”.
“Antes de disolver la Orden de la Estrella, tuve que disolver mi propio miedo, mi propia inseguridad. Una vez logrado eso, lo demás se hizo fácil. Sencillamente anuncié que la Orden no sólo no era esencial, sino que era una absoluta barrera contra el verdadero entendimiento, así que no se podía justificar más. Y así fue”. “¿Cómo reaccionó la gente ante tu afirmación?”. “Cuando se dieron cuenta de que no sólo estaba yo abandonando la Orden, sino que tampoco les estaba ofreciendo un ideal que pudieran perseguir, se sintieron defraudados. La gente ansiaba certezas, yo les estaba ofreciendo sorpresas”.
“Si no les estabas ofreciendo un ideal, entonces ¿qué les estabas ofreciendo?”, pregunté. “Amistad, conversación y diálogo, para explorar la naturaleza de la realidad. La verdad no es algo prefabricado que te pueda dar una religión o un maestro. La verdad necesita ser descubierta. La vida es un viaje de descubrimiento. La certeza sólo es posible cuando existe algo fijo y permanente, mientras que la realidad se mueve y cambia continuamente. Se encuentra constantemente en estado de transformación.
Si nuestras mentes están atadas a una creencia fija, a una determinada sabiduría, entonces ¿cómo podemos bregar con este cambio continuo? Ya que la realidad no es estática necesitamos mentes rápidas y corazones flexibles. Sólo entonces sabremos responder ante la naturaleza dinámica de la existencia. Yo no podía, y no puedo, ofrecer más que una constante conversación y exploración. A través de tal exploración podemos disfrutar de libertad total del miedo y de ideales fijos”.

La religión y la política son parte del problema, no de la solución
“¿Estás diciendo que no hay nada de valor en los grandes textos religiosos como la Bhagavad Gita o la Biblia?”, le pregunté. “Puede que haya algo de valor en esos libros en términos de literatura o como un relato del pensamiento de una persona. Pero la verdad no está en ningún libro. Si la verdad estuviera allí, entonces no habría ningún conflicto entre la Biblia y el Corán, entre la Bhagavad Gita y los sutras budistas. El conflicto sólo puede existir entre lo falso y lo falso. No puede haber conflicto entre lo verdadero y lo verdadero. Ni entre lo verdadero y lo falso.
Igual que no puede haber conflicto entre dos personas que amen la paz, o entre una persona que ama la paz y otra que ama la guerra. El conflicto en realidad sucede sólo cuando hay dos que aman la guerra y quieren salirse con la suya. El conflicto religioso es entre una religión falsa y otra religión falsa. Las religiones se han convertido en vehículos de propaganda, y la propaganda no es la verdad”.
“¿Quieres decir que las religiones no son parte de la solución, sino parte del problema?”. “Gracias, señor”, dijo Krishnamurti. “Has estado prestando atención a nuestra conversación. Tienes toda la razón. La verdad no se puede comprender a través de ningún credo, ningún dogma, ninguna sabiduría filosófica, ninguna técnica psicológica, ningún ritual o sistema teológico. La verdad se experimenta de momento a momento, en la red de relaciones”.
“¿Qué es la “red de relaciones”?”, pregunté. “¿Te das cuenta, señor, de que tú eres el mundo y el mundo eres tú? El mundo no es algo aparte de ti y de mí. Hay un hilo común de relaciones que nos teje a todos juntos. Fundamentalmente estamos todos totalmente conectados. Superficialmente las cosas parecen estar separadas. Especies distintas, razas distintas, culturas y colores distintos, nacionalidades y religiones y políticas distintas. Si te fijas bien, inmediatamente verás que todos somos parte del gran tapiz de la vida. Cuando podemos vernos a nosotros mismos como parte de este glorioso patrón de relaciones, entonces los conflictos entre naciones, religiones y sistemas políticos se acabarán.
Los conflictos nacen de la ignorancia. Cuando ignoramos que toda la vida está interconectada, entonces intentamos controlarnos los unos a los otros. Cuando no existe el entendimiento de que las relaciones son la base de nuestra existencia, entonces sólo hay desintegración en la sociedad. Las relaciones son el cimiento sobre el que todos existimos”.
Debimos de estar andando durante casi una hora. Krishnamurti tenía que dar su discurso público a las diez. Comenzamos a regresar. Achyut permanecía callado. Se alegraba de haberme presentado, un joven “rebelde”, a Krishnamurti, un viejo “rebelde”.
Tras haber dado la vuelta, aún pregunté: “Dices que la religión, la política y las ideologías han herido a la humanidad. ¿Cómo podemos curar estas heridas? ¿Cómo podemos regresar al estado de unión?”. “El problema es mucho más profundo que lo concerniente a religiones o política”, dijo Krishnamurti. “Comienza en nuestras mentes, nuestros hábitos, nuestras vidas. Existe un condicionamiento constante que ha perdurado durante siglos. Estamos sujetos al condicionamiento y participamos en nuestro propio condicionamiento.
El juzgar, el prejuicio, los gustos y disgustos, todos forman parte del mismo problema. Se nos ha condicionado para creer que el observador es distinto a lo observado, que el pensador está separado del pensamiento. Este dualismo, esta división en compartimentos, es la madre de todos los conflictos, la base de todo dolor y sufrimiento. ¿Me entiendes, señor? Es muy importante”. “Espero haberlo entendido. Sin embargo, ¿cómo pasamos del dualismo a la totalidad?”, proseguí averiguando.
“Para poder sanarnos, debemos ir más allá de las teorías, las fórmulas y las respuestas prefabricadas. Debemos estar callados y prestar atención. El silencio y la atención proporcionan la base para la meditación. La meditación es un proceso curativo para las heridas de la fragmentación. Al meditar, las divisiones se acaban y la totalidad emerge. Ya no hay división entre “yo” y “tú”, entre “nosotros” y “ellos”, entre “bien” y “mal”. Cuando no existe el ego, no existe la vanidad, o el miedo, o el aislamiento, la inseguridad o la ignorancia, entonces hay curación y totalidad”.

La transformación de las conciencias no es una utopía o un lujo, sino una necesidad
Reiniciamos el camino. Krishnamurti me preguntó: “¿Qué crees, señor? ¿Qué piensas?”. “Tiene sentido. Entiendo lo que dices, pero cuando veo a esos bañistas ahí abajo, tus palabras parecen estar desconectadas de la manera en que ellos piensan, sienten y viven. Parece existir una enorme brecha. ¿Qué significan tus palabras para ellos?”. “Nada, quizás nada. Y sin embargo, si no nos transformamos radicalmente, corremos el riesgo de destruir no sólo a la especie humana, sino a la Tierra misma. Por favor, piensa en las armas nucleares y lo que todo eso implica. Una vida completa, noble y llena de claridad, es un imperativo para la supervivencia. No es una utopía o un lujo, sino una necesidad. Por favor. Cuando miremos profundamente y nos veamos a nosotros mismos como una parte integral del universo, entonces nuestras mentes parlanchinas se calmarán, la sordidez de la guerra humana desaparecerá, conseguiremos establecer un parentesco profundo y perdurable con la naturaleza”.

Acompañamos a Krishnamurti hasta la casa de huéspedes y nos despedimos inclinándonos respetuosamente. El momento estaba impregnado de sentimientos profundos hacia un nuevo horizonte para la humanidad. Al llegar a la casa de Achyut, le dije: “Sus palabras son radicales, sus pensamientos sinceros, pero ¿puedes imaginarte un tiempo en el que estemos libres de templos, iglesias, mezquitas, rezos, curas, partidos políticos y todo lo demás que divide a la humanidad? Además, ¿no está tirando al bebé con el agua sucia de la bañera?”. Achyut me dijo: “Debemos comprender lo que es el bebé y diferenciarlo del agua sucia de la bañera. Existe una gran diferencia entre la religión y las religiones. Krishnaji estaría de acuerdo en que necesitamos ser religiosos, pero ¿necesitamos quedarnos con el agua sucia de los dogmas y las disciplinas?”.
“Achyut, tú has pasado gran parte de tu vida en la política. Eras un importante miembro de un Partido de India. Trabajabas para conseguir una transformación a través del cambio político. Pero ahora vives una vida tranquila, en este bungalow, rodeado de árboles y tranquilidad, mientras hay millones de personas ahí fuera sufriendo”
Achyut se quedó pensando. Y me dijo: “La política me falló, y ha fallado a India. Los políticos usan el lema de “servir al pueblo” como una cortina de humo. Una vez llegan al poder su meta principal es permanecer en el poder, por las buenas o por las malas. Yo vi todo esto con mis propios ojos. La historia de la política está llena de decepción, corrupción y desilusión. Por eso decidí que todo era una pérdida de tiempo y lo dejé. Así de sencillo. No hay ningún gran misterio. La política se ha convertido, como la religión, en parte del problema, y no en parte de la solución. La política significa “dividir” y “dominar”; esto era así con los ingleses y es así ahora con el partido Congreso. La lucha por la independencia fue una lucha desinteresada; ahora la lucha es por el poder, por los privilegios y por la riqueza”.
“¿Qué alternativa hay, entonces?”. “La alternativa es la educación. Debemos dejar de corromper y condicionar a nuestros niños. Por eso, Krishnamurti y sus amigos han establecido colegios para hacer precisamente eso: uno en el sur de India, llamado Rishi Valley; otro aquí, otro en Inglaterra y otro en California. En estos colegios no existen dogmas fijos. Los niños son capaces de aprender sobre la unidad de la vida, a ver las cosas como son, a ser íntegros y plenos. Yo encuentro mucha más satisfacción trabajando con niños de la que hallé en la política”.
Lo dejamos ahí. Vinoba había ampliado mi entendimiento de la espiritualidad para incluir el servicio a la comunidad y a la Tierra como una práctica religiosa primaria, pero ahora la búsqueda de Krishnamurti de la verdadera libertad había retado los mismísimos fundamentos de las tradiciones religiosas.

Fuente: http://www.jiddu-krishnamurti.net/  

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