Simón
José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios
Libertador!
Poetisa:
Astrid Colomine
“Quise saber desde cuándo mis genes
Recordaban tu entrañado nombre
y me remonté a tantos siglos
perdidos
más allá de mi mente, más allá de mi
yo,
de mi compleja genealogía latina,
y me vi reflejada en la negrura
penetrante
de tus apasionados ojos eruptivos de
selvas,
de esa suerte ya echada, sin vuelta
atrás,
oculta por siglos, entre tus
indomables
cabellos mestizos
de errabundo jinete hecho por
derecho
viva historia Universal, orgullo
Nacional,
héroe auténtico, de envergadura y
muy real,
contrario a los falsos de comiquitas
de Superman, Batman, Hulk o
Spiderman,
concentrada sabiduría que embriaga,
guerrero Hombre Amor, de largas y
duras travesías,
sin lujo, sin familia, hogaza de
pan, sin hogar,
cabalgando las esclavizadas tierras
de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú
y Colombia,
sólo por conciencia, rompiendo ese
yugo cruel
que a sangre y fuego nos redujeron
sin remordimientos
durante más de trescientos años
amargos
de oscurantismo y cruces ante lo
infiel…
Gitano errante que por tu gracia y
nítido canto
se siguieron muchedumbres
como se sigue a un deslumbrante sol
veraniego,
beduino nómada, de pecho trazado con
el norte astral,
que no dudó ni le importó dejar
atrás
su estructurado nido parental de
gemas,
como un espíritu puro de asceta,
Sidhartha suramericano en busca de
lo real,
en donde en vez de reconocerte Libertador,
los ignorantes ingratos osaron
llamarte dictador…
Nunca luchaste por posesiones
elitistas
de fatuo Emperador, que somete y
conquista,
ni hubo ambición para con joya
alguna
que pudiese comprar tu nombre ni tu
honor,
jinete templario hecho del granito
de tepuyes
corazón gentil de vibrante rubí
oscuro
cubierto de asimétricos frailejones
nevados,
nos brindaste todo tu destellante
ser,
hecho a la medida extrema de lo
infinito…”
Sólo
son dos fragmentos y medio de un sentir hecho poesía, sorpresa de una tarde de
aromas y letras, donde los sentires patrios se encontraron, quizás para algunos
será sólo letra, para otros el revivir histórico de épocas que regresan, y donde
se remonta el recuerdo, de aquellos que con visión de futuro lidiaron para dar
alternativa a que otros sobrevivieran de la resignación, al que ni siquiera se daban cuenta el
sometimiento que vivían, producto del miedo, de no saber existir en otra forma,
más llenos de posibilidades para expandir consciencia.
Oscurantismo
que regresa como nube abrumadora, labrada con pericia para mover tus raíces, desarraigarte
de tu suelo y sentirte que perteneces al mundo, donde nadie te cobija, ni comparte
tu sapiencia. Triste historia de muchos que se auto engañan queriendo parecer
otros, modelando ficciones que te arrastran al abismo.
La
verdad es que nuestra cultura es más que música, es tu alimento, es tu cobijo,
es tu núcleo donde producto de una geografía se sustenta de los elementos de la
naturaleza existente, que se edifica con componentes ricos que dan
característica a tus rasgos nacientes.
Las
historias cuando regresan es la oportunidad para no repetir las miserias que están
presentes como la ambición, la deslealtad,
el miedo para no llegar a experimentar la transformación hacia algo diferente a
la putrefacción que hoy tratan de sostener a base de muerte, violencia, guerra.
Manejada por una minúscula élite llena de ambiciones materiales.
Amado
Bolívar, cuanto te recuerdo, leo tus expresiones llenas de la más perfecta
visión emancipadora, somos de esa casta que aunque nos quieran desaparecer, nos
multiplicamos con más potencialidades cada día, con las más firmes raíces que
nos convierten en Araguaney(1), floreciendo nuestro amarillo dorado para
brillar con sangre Libertaria y desechando los opresores que en el mundo traen
muerte, asesinatos masivos, hambre, desventuras, ruinas, para someter a sus
designios en nuestras consciencias.
Lejos
están de eso, los pueblos despiertan cada 100 años, no hay mejor expresión para
decirlo, con un trozo de ese maravilloso manuscrito de Pablo Neruda:
“Pero hacia la esperanza nos conduce tu
sombra,
el laurel y la luz de tu ejército rojo
a través de la noche de América con tu
mirada mira.
Tus ojos que vigilan más allá de los mares,
más allá de los pueblos oprimidos y
heridos,
más allá de las negras ciudades
incendiadas,
tu voz nace de nuevo, tu mano otra vez
nace:
tu ejército defiende las banderas sagradas:
la Libertad sacude las campanas
sangrientas,
y un sonido terrible de dolores precede
la aurora enrojecida por la sangre del
hombre.
Libertador, un mundo de paz nació en tus
brazos.
La paz, el pan, el trigo de tu sangre
nacieron,
de nuestra joven sangre venida de tu sangre
saldrán paz, pan y trigo para el mundo que
haremos.
Yo conocí a Bolívar una mañana larga,
en Madrid, en la boca del Quinto
Regimiento,
Padre, le dije, eres o no eres o quién
eres?
Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo:
"Despierto cada cien años cuando
despierta el pueblo".
Hoy
cuando un hombre, Hugo Chávez, trajo tus palabras para hacerlas vívida, es
importante, no permitir ser vulnerables, la firmeza debe ser acompañada con
conocimiento, alimento donde nuestro Libertador lo expresó en estos
pensamientos:
“Un ser sin estudio es un ser incompleto”
"Moral y luces son nuestras primeras necesidades"
"La esclavitud es la hija de las
tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia
destrucción; la ambición, la intriga abusan de la credulidad y de la
inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o
civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia
por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la
justicia"
Simón Bolívar
Vayamos
por los caminos cantando verdades, como ese hombre lleno de virtudes que nadie
pudo ocultar, tras vilipendios que no hicieron mella, pues todavía después de
200 años, vives cabalgando y haciendo realidad tus sueños.
((1)
“plantaciones que son sumideros de dióxido de
carbono; utilizadas como refugio de la fauna silvestre; además de tener un
impacto importante en lo que es la regularización del régimen hidrológico de
las pequeñas cuencas”, dicho esto por expertos que alguna vez en el 2010 recuperaron
22.764 hectáreas, plantación de 8.000.000 de Araguaney, dador natural.