todo,
su par de opuestos: los semejantes
y
los antogónicos son lo mismo; los
opuestos
son idénticos en naturaleza,
pero
diferentes en grado; los extremos
se
tocan; todas las verdades son semi-
verdades;
todas las paradojas pueden
reconciliarse”
EL Kybalión
Este principio encierra la
verdad de que todo es dual, todo tienen dos polos, dos aspectos, dos puntas de
la misma cosa, la diferencia simplemente en diversos grados entre ambos
extremos. Así lo explica éste maravilloso libro basado en el estudio de la
filosofía Hermética.
Debemos darnos cuenta que lo
perfecto y lo insuficiente representa los extremos de algo, y que por lo tanto,
son absolutamente relativos. Si un zorro entra a un gallinero y devora una
gallina, es muy malo para ella, pero muy bueno para el zorro, quien cumple con
el principio natural de mantener su propia existencia. En realidad, el mal
trabaja para el bien y el bien lo hace para el mal.
La vida trabaja para la
muerte, ya que desde el momento en que se nace, se comienza a morir, y la
muerte trabaja para la vida, ya que toda destrucción es una metamorfosis que da
origen a una nueva forma de vida. ¿Qué sería de la luz si la oscuridad no
existiera? ¿Acaso no debe su existencia al hecho de que la oscuridad existe?
Por la sola evidencia de que algo existe, tenemos que pensar de inmediato que
lo opuesto también es unas circunstancias.
Debido a la polaridad, el
hombre y la mujer se atraen y procuran llegar a una fusión; es la ley de la
eterna serpiente que muerde constantemente su propia cola. Resulta muy
interesante analizar el aforismo de que “los extremos se tocan”. Si aplicamos
esto al amor, por ejemplo, podemos comprobar que es más fácil transformar el
odio en amor que convertir la indiferencia en amor. Como los opuestos se tocan,
es más corta la distancia de un extremo a otro que de la mitad de la escala a
un extremo. Herméticamente hablando, podemos decir que la distancia más corta
de un punto a otro no es la línea recta, sino el círculo.
Este círculo representa la
escala gradual que transcurre entre dos palos; el positivo representado por el
número cien, y el negativo con el cero.
Advertimos que estas cifras
son enteramente caprichosas, con fines puramente demostrativos. Sostenemos que
es más fácil llegar desde el cero al cien que desde el cincuenta al cien; la
figura lo demuestra, ya que la distancia es mucho más corta, lo cual no ocurriría
si extendiéramos el trazado de este círculo para transformarlo en una línea
recta. En nuestro ejemplo el número cincuenta es el símbolo de los eternos
indecisos y abúlicos; la representación de los tibios, quienes no tienen cabida
en el reino de Dios.
Esto explica el fenómeno de
las mutaciones, cuando un sujeto en forma súbita, cambia de doctrina por otra
diametralmente opuesta. Que sirva este enigmático de consuelo a quienes tengan
problemas graves; están más cerca del éxito de lo que podrían creer; sólo la
mediocridad no tiene remedio. El hermetismo sostiene que es más nefasta la
indecisión que el error; los motivos están a la vista. Quien sea capaz de leer
entre líneas y hacer la digestión del conocimiento, sacará una gran sabiduría
de esto.
Los antiguos alquimistas
sostenían que es posible transmutar el plomo en oro; lo cual en algunos casos
se refería a un hecho material, y en otros, a un símbolo. El oro es solamente
un extremo en la escala de los metales, por lo cual, el mago cambiaba la
vibración y la polaridad del plomo hasta trasformarlo en oro. Cuando esto se
refiere a la evolución de los metales internos en oro espiritual el ejemplo es
igualmente válido. Es cuestión de auto observación. Esto será inútil en manos
de quien no haya logrado primero su unificación interna bajo el potestad del
SER (atma). Para los que no han estudiado esta materia la parte más pura.
Existen muchos planos de
vibración. Donde la mente elige con que conectarse y desde allí actuar. Para
los efectos del principio de transmutación, mental, hablaremos, para
simplificar, de dos planos básicos: el mundo superior de las causas, y el mundo
inferior de los efectos.
Desde el punto de vista del
análisis de los problemas cotidianos, la polaridad es una llave de gran
utilidad, ya que permite apreciar los conflictos u obstáculos en su justo
valor, sin magnificarlos ni subestimarlos. El estudioso de los principios
universales sabrá, por ejemplo, que si se encuentra temporalmente en una
situación aflictiva, es posible cambiarla gradualmente polarizándose en lo
opuesto, basta llegar efectivamente al otro extremo. El tiempo que se demore
esta operación, dependerá de la importancia de aquello que se desea conseguir,
ya que todo tiene su tiempo de gestación en la naturaleza. Algo de pequeña
importancia se realizará muy pronto; un proyecto de mucha envergadura se
demorará un tiempo equivalente hasta dar frutos.
Somos alquimistas de nuestra
propia realidad, siempre y cuando las decisiones no sean viserales, profundizar,
recapacitar, interiorizar, deliberar son las mejores herramientas para producir
el efecto alquímico necesario para lograr la armonía.