viernes, 16 de febrero de 2018

CUANDO SE NOS VA UN SER QUERIDO



 Numerosas personas no estamos preparadas para las separaciones y menos físicas, los apegos nos llevan a pensar que las relaciones son eternas, y lo son, pero no de la manera que lo manejamos. 

Cuando se nos va un familiar, amigo o un afecto muy grande producto de la muerte, el dolor se hace presente, las lágrimas surgen por la soledad que nos ha dejado, que no es más que el apego ansioso y que eso hace mantener atado a este mundo e impide que esa alma continúe avanzando hacia una paz más grande y una mayor libertad.

Es natural sentir dolor ante la muerte, pero no perderse en el dolor pues nos deja fuera de todo contexto, anulando la continuidad en nuestro diario vivir. 

Muchas veces no somos conscientes de esta situación, pero existe gente a nuestro alrededor que nos da constante retroalimentación, sobre la nulidad que poseemos ante la muerte de este ser querido, es importante estar atento ante este llamado y buscar ayuda para salir de esa vacío.

Y comenzar a entender que las relaciones tienen encuentros y desencuentros, que los cambios son ciclos de vida, nada es permanente dentro de los aprendizajes, que existen dimensiones, que existen leyes universales presentes y que la comprensión de ellas nos da fundamentos, para entender otras cosas que no hemos examinado y que esta situación de dolor nos permite reconocer para concluir hechos que anteriormente no éramos conscientes.   

Eso nos va a llevar a agradecer las circunstancias pues nos lleva a un mayor avance, sólo si nos abrimos plenamente para ampliar nuestra experiencia.

Un gran maestro del amor como lo es Paramahansa Yogananda nos aconseja sentarnos en una habitación tranquilamente y meditando en Dios, desde la paz divina, centrado en lo profundo de tu Ser enviemos amor, fortaleza y valor  a ese o esos ser(es) querido(s), y su alma sin duda recibirá esas vibraciones y les brindará una sensación de bienestar y de ser amado, como mínimo una vez al año. Y comenzarás a comprender que esta vida no es el fin, sino un eslabón de la eterna cadena de tu relación con tus seres queridos.

Quizás muchos ya hemos vivido esta experiencia y hemos podido salir a flote con mayor comprensión, dejando atrás la incapacidad de avanzar ante esta dura prueba, y reconociendo los apegos, temores que podemos tener sin ser conscientes.

viernes, 2 de febrero de 2018

EL GRAN AUSENTE EN EL 2017

 
Extrañando la palabra, ese gran Festival de Poesía,  que reune las filas del pensamiento, que nos llevan en reflexión de los instantes de la vida, históricos, sobrenaturales, llenos de amor, con balas hacia la conciencia, llenando el alma para entregar los sentires, momentos únicos que hace el encuentro, sobrepasando barreras de los duros avatares que nos impone la vida.
En honor a ese bello encuentro están estas hermosas lineas, de aquellos que hicieron arte entre el blanco y negro.






miércoles, 17 de enero de 2018

MENTE-SEPARATIVIDAD




¿Por qué ustedes, como seres humanos, tan capaces, tan ingeniosos, tan astutos, tan competidores, habiendo logrado tanto tecnológicamente, siendo capaces de ir a la luna o de vivir por semanas bajo el mar, de inventar el extraordinario cerebro electrónico, por qué no tienen la única cosa que importa? Sin amor se vuelven ustedes amargados, temerosos, toda relación es conflicto. No sé si alguna vez han encarado seriamente esta cuestión y se han preguntado por qué sus corazones están vacíos. 


Ésta no es una reunión emocional o sentimental. El amor no es sentimental ni emocional, no tiene nada que ver con la devoción o la lealtad. Uno tiene que descubrir por qué carece de amor; al descubrir eso, puede ser que uno dé con el amor. No es posible cultivar el amor, uno no puede obtenerlo practicando un método; no hay escuela a la que puedan asistir para aprenderlo. Y sin amor, hagan lo que hagan, aunque acudan a todos los templos del mundo y lean todos los libros que se titulan sagrados, sin amor la vida de ustedes transcurrirá en medio de la confusión y el dolor. 

Tal como es nuestra vida cotidiana, así es nuestra sociedad. ¿Comprenden, señores? La sociedad no es diferente de nosotros, de lo que somos, de lo que hemos sido; o sea, es la comunidad en que vivimos. El desorden social existe porque somos desordenados en nuestra propia vida. Sin embargo, el orden no puede surgir por medio de la organización intelectual, a través de un plan; hemos intentado todas estas cosas por miles de años; son muchísimos los seres humanos que se han esforzado por crear una nueva sociedad, una comunidad nueva, una nueva forma de vivir, y todos ellos han fracasado y siempre fracasarán, porque construyen sobre una fórmula, sobre un concepto, sobre una ideología. 

Vamos, pues, a averiguar si podemos dedicar nuestros corazones a resolver este problema de la existencia: la tortura diaria del vivir, la diaria desdicha, la diaria confusión, las efímeras alegrías y los placeres pasajeros, a todo lo cual llamamos vida. Ustedes no pueden resolver eso sin comprenderlo, y comprenderlo es amarlo. Pero no pueden amarlo si no saben qué implica la separación y qué significa estar relacionado; vamos a examinar eso, no de manera intelectual o verbal, sino de hecho. Hacer esto es mirar, observar en qué consiste nuestra presente relación, la relación cotidiana con nuestra esposa, con nuestra familia, con nuestro jefe, con nuestro vecino, y ver si es de algún modo posible ir más allá de esta separativa y limitada existencia.

En primer lugar, no queden presos en las palabras, ¿comprenden? La palabra no es la cosa real, la palabra “árbol” no es el árbol real -eso es muy simple-. La palabra no los ayudará a tocar el árbol; ustedes tienen que entrar en contacto con él, apoyar la mano sobre el árbol. Somos esclavos de las palabras, esclavos de ideas, imágenes y símbolos. Para que podamos entrar en contacto directo con algo, la palabra no tiene que interferir. 

Por lo tanto, uno tiene que aprender el arte de ver y escuchar, y descubrir cómo mirar, cómo mirar el mundo en que vivimos, cómo mirar un árbol, una nube, la belleza del crepúsculo. Para ver algo muy claramente, tenemos que ser sensibles, ¿comprenden? Y si nuestras manos son ásperas, brutales, crueles, no podemos tocar el árbol. Si tenemos los ojos cegados por las preocupaciones, por nuestros dioses, por nuestra esposa, por nuestro sexo, por nuestros temores, no podemos ver la nube, la belleza de la puesta del sol. 

Uno tiene que aprender cómo mirar, cómo ver, y este arte no podemos aprenderlo de otro, uno tiene que hacerlo por sí mismo. Aunque quien les habla lo está explicando, no se dejen llevar por la explicación, sino háganlo realmente. No digan: “Trataré de hacerlo”, ésa es una de las declaraciones más evasivas que puedan jamás pronunciar. O lo hacen o no lo hacen; no existe el “tratar” o el “hacer lo mejor que puedan”. 

Cuando miran una hoja, ¿cómo la miran? Obviamente, la miran con los ojos pero también la miran con la mente -la mente que tiene su propia memoria de la hoja, el nombre botánico de esa hoja-. Así que la miran con los ojos, pero también la miran a través de recuerdos asociados, ¿correcto? Tiene lugar un proceso dual. 

Ustedes ven con los ojos y también ven a través de la memoria, a través de la imagen que tienen de esa hoja (o de la esposa o el marido o de la nube). 

Cuando miran al marido o a la esposa, los miran con la imagen que han formado a través de muchos años, con los recuerdos de sexo, de placer, de irritación, de regaños, de palabras airadas, etcétera; han construido imágenes el uno del otro, ése es un hecho real. Ahora bien, son meramente estas dos imágenes las que se relacionan, y por esta razón no tienen ustedes en absoluto una relación directa; hay separación -tiene que haberla por fuerza- y, en consecuencia, hay conflicto. Por lo tanto, hay total ausencia de amor. En tanto no se den cuenta del mecanismo, de la estructura y naturaleza de la imagen, jamás se librarán de ella y siempre estarán en conflicto.

El mundo necesita cooperación, lo necesita desesperadamente. El mundo, que se está dividiendo tan catastróficamente por las divisiones lingüísticas, por las mezquinas divisiones nacionales y así sucesivamente, necesita de la cooperación para poder siquiera vivir. ¿Cómo pueden cooperar unos con otros si no tienen amor? ¿Cómo pueden usar la palabra “cooperación” cuando son ambiciosos, separativos, competidores y se dividen entre ustedes mismos mediante palabras, dogmas y creencias? Sin embargo, cuando sepan cómo cooperar verdaderamente, también sabrán cómo no cooperar, tienen que saber ambas cosas. 


Cuando conozcan el sentido y la profundidad y la significación del cooperar, entonces sabrán cuál es el momento para una acción correcta de no cooperación. Pero primero debe uno saber cómo cooperar, y no podemos cooperar si hay separación. Si tienen una imagen, la separación existirá siempre, aunque vivan en una familia, aunque duerman con la esposa o el marido. Vean, en primer lugar, que a causa de la imagen que tienen, imagen de ambición, de codicia, de envidia y de éxito, aunque ambos puedan vivir en la misma casa y engendrar hijos, están separados, no están cooperando. La cooperación puede surgir solamente cuando hay amor. El amor no es sentimental, no tiene nada que ver con el emocionalismo, el amor no es placer, no es deseo. Para dar con esta cosa extraordinaria, con su belleza, tienen ustedes que aprender a mirar, a mirar ese árbol, a mirar a la esposa y a los hijos.

Para emprender el viaje, pues, lo primero es asegurarse de que uno viaja liviano, sin todas sus cargas, sin todos sus prejuicios y sus preocupaciones. Y eso implica producir una total revolución en nosotros mismos; tiene que ocurrir una mutación total de la mente. Y esta mutación no es posible si no estamos libres para descubrir, si tenemos miedo de lo que pueda pasar. 

Si son lo bastante afortunados y descubren cómo escuchar, cómo ver, entonces encontrarán por sí mismos que hay una bendición en el acto mismo de ver, en el acto mismo de escuchar; no la bendición de un dios, no existe la bendición de los dioses ni la bendición de las plegarias ni la de los templos. Es una bendición que adviene sólo cuando uno sabe cómo amar.


Fuente: Jiddu Krishnamurti-Encuentro con la vida


lunes, 8 de enero de 2018

GRANDES CAMBIOS



 
Van a suceder grandes cambios en todo el Universo. No será tiempo cómodo. Es importante que nadie tenga miedo, que no se preocupe, sabiendo que este gran cataclismo es necesario antes de dar el siguiente paso.

Recuerda mis palabras cuando sientas estos trastornos. Sigue mis instrucciones, sabiendo que ningún daño puede sucederte cuando moras en el lugar secreto Mas Elevado. “Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra, a ti no ha de alcanzarte”. Esta es mi promesa a todos aquellos que permanecen en Mi Luz. Estas palabras puedan no significar mucho para ti ahora, pero en los días venideros serán como un bálsamo curativo para tu alma. Por consiguiente quédate en paz.

Cuando tu consciencia se expande, cesas de ser crítico e intolerante, porque te elevas sobre todas esas tonterías, sobre todas esas mezquindades e irritaciones humanas, a reinos de paz y armonía.

Vuelvete a Mi hasta que pensamientos positivos, armoniosos, te traspasen todo el tiempo. 
Haz todo con un sentido de paz, con alabanza y agradecimiento en tus labios.


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El ruido, dentro de algunas definiciones, determina a todo sonido no deseado que altera el bienestar en el ser humano. En las ciudades muy p...