martes, 5 de julio de 2022

Los vínculos que nos alimentan

Recorremos en la vida por diferentes paisajes y ocurre encuentros en la familia, en nuestras casas de estudio, en las diferentes labores que realizamos, en las diferentes actividades de vida que hemos asumido o estamos efectuando, ese alguien  que te acompaña empáticamente. Eso se señalaría  como desde dar ánimo, con  respeto,  compartir  emociones, también en ayudar ver una visión distinta de algo, en colaborar en construir una respuesta para el momento, en apoyar material, espiritualmente o ambas en cualquier momento. Eso se podría resumir en una sola palabra “amistad”.  Si buscamos sus sinónimos, se encuentran  armonía, paz, hermandad, entre otras. Y eso es cierto continuamente tienes en tu circulo familiar, laboral, de estudios, de otros ese que te da la mano en momentos difíciles para seguir adelante, unos te acompañan un tiempo, otros son intermitentes y existen los que permanecen por siempre.

A todos los acompañantes que alguna vez nos inspiraron, a todos y todas que nos infunden aun ese aliento a continuar fortaleciendo los vínculos a través de experiencias positivas, revitalizadoras, transformadoras  que nos hacen reafirmar que “la amistad no es una palabra” sino una práctica diaria un crecer en hermandad, respetando nuestras diferencias y sosteniendo a través de lo que nos ensambla, nos junta reforzando valores que viven y que nos hicieron acercarnos una y otra vez. Les dedico dos escritos nutritivos llenos de verdad, realizados uno por nuestro poeta latinoamericano Pablo Neruda, el otro de autor desconocido.

Algunas amistades son eternas (Pablo Neruda)

Algunas veces encuentras en la vida una amistad especial: ese alguien que al entrar en tu vida la cambia por completo.

Ese alguien que te hace reír sin cesar; ese alguien que te hace creer que en el mundo existen realmente cosas buenas.

Ese alguien que te convence de que hay una puerta lista para que tú la abras. Esa es una amistad eterna…

Cuando estás triste y el mundo parece oscuro y vacío, esa amistad eterna levanta tu ánimo y hace que ese mundo oscuro y vacío de repente parezca brillante y pleno.

Tu amistad eterna te ayuda en los momentos difíciles, tristes, y de gran confusión.

Si te alejas, tu amistad eterna te sigue.

Si pierdes el camino, tu amistad eterna te guía y te alegra.

Tu amistad eterna te lleva de la mano y te dice que todo va a salir bien.

Si tú encuentras tal amistad te sientes feliz y lleno de gozo porque no tienes nada de qué preocuparte.

Tienes una amistad para toda la vida, ya que una amistad eterna no tiene fin.

 🍀🍀🍀

Poema a un amigo (Autor desconocido). Este poema ha sido atribuido a Jorge Luis Borges, pero no es obra de dicho autor.

No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estaré junto a ti. No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz. No juzgo las decisiones que tomas en la vida. Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar, pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo. En estos días oré por ti... En estos días me puse a recordar a mis amistades más preciosas.

Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que imaginaba.

Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran. Es lo que siento por todos ellos.

Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al verme.

Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la serenidad, en estos días pensé en mis amigos y amigas, entre ellos, apareciste tú.

No estabas arriba, ni abajo ni en medio. No encabezabas ni concluías la lista. No eras el número uno ni el número final.

Lo que sé es que te destacabas por alguna cualidad que transmitías y con la cual desde hace tiempo se ennoblece mi vida.

Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el segundo o el tercero de tu lista. Basta que me quieras como amigo. Entonces entendí que realmente somos amigos. Hice lo que todo amigo: Oré... y le agradecí a Dios por ti. Gracias por ser mi amigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

NUEVA PUBLICACIÓN

UN CONTAMINANTE: EL RUIDO

El ruido, dentro de algunas definiciones, determina a todo sonido no deseado que altera el bienestar en el ser humano. En las ciudades muy p...