viernes, 13 de noviembre de 2015

Cuento Navideño: CENAN LOS TIGRES LA NOCHE DE NAVIDAD?


¿CENAN LOS TIGRES LA NOCHE DE NAVIDAD?
De Laura Antillano

Era domingo. Mi mamá se puso su falda nueva, se peinó con cuidado, y me dijo: - Sergio, hoy hacemos un paseo al acuario y al zoológico. Yo no iba a ver las toninas del acuario desde hace Uff!, muchísimo, como dos años.

Entonces me puse contento, y nos fuimos a tomar el autobús.

Al llegar vi, en la entrada, a un señor con un burrito de esos de mentira, para que uno se suba y te hacen fotos, también tenía un sombrero grande, si tú quieres te subes al burrito, te pones el sombrero y él te hace la foto, y la saca rápido porque es de esas instantáneas.

Mi mamá me dijo para tomarme una, pero... Yo no quise, tenía tantas ganas de ver los peces que me parecía que iba a quitarme tiempo eso de la foto.

Entramos y ya estaba en el estanque de las toninas el señor que les da de comer. Él se coloca cerquita de ellas y les ofrece la comida pero primero las pone a hacer trucos, levanta un aro rojo muy grande, y a la que salte por el aro le da una sardinita.

Después le tira la pelota y ellas juegan, la hacen rebotar, la atajan, y entonces el señor les da sardinitas, y el público aplaude.

Uno sigue caminando por el pasillo y se encuentra con las peceras, me cansé de mirar peces distintos allí, de río y de mar.

Había unos planitos pero grandísimos que mi mamá dice que comen carne, tienen los ojos como bolitas de vidrio, nadan lentamente, y parece que nos vigilaran a los que estamos allí mirando.

También hay anguilas, ésas tienen electricidad, y les ponen unos bombillos afuera para que uno vea cómo se encienden cuando ellas descargan.

Vi tantos niños y muchachos ese día, mi mamá se echó a reír porque en un pasillo donde nadie los veía, estaban unos muchachos con uniforme de la escuela enseñándose pasos de baile, uno escogió uno muy complicado y cuando lo hizo se cayó y siguió en el piso dando vueltas.

Mi mamá dijo que le parecía raro que escogieran el acuario para aprender a bailar, pero a lo mejor es que no quieren que las muchachas los vean... digo yo.

Salimos del acuario y atrás está el zoológico, es muy complicado pasar porque hay escalones y escalones, hay que mirar primero la jaula grande de los pájaros, donde lo que más hay son turpiales, unos amarillos con las alas negras.

Hay un estanque grande, y a los lados quedan los caminitos para ir a las jaulas de los animales, me llamó mucho la atención lo chiquitos que son, quiero decir, todos son cachorros, raro, ¿verdad?

Bueno, uno veía un cartel que decía: Tigres, y subes las escaleras y hay: ¡cachorritos de tigre!, tres caminando de un lado para el otro.

Después dice: Gato montés, y uno va a verlo y es igual: me pareció tan chiquitico y delgado, echado junto a un pote de agua y unos cambures, ¿comen cambures?

Mi mamá ya estaba cansada de caminar y se sentó en un banco, yo seguí viendo las otras jaulas, caminito arriba, y encontré hasta leones, pero también parecían gaticos y además... ¡estaban tristes!

Cuando bajé a encontrarme con mi mamá ella estaba mirando el garzón soldado, él es blanco en la parte de abajo de su cuerpo, la cabeza es oscura y tiene un pico muy largo, se mantiene recto, erguido, y es como serio.

Mi mamá había sacado de la cartera su camarita fotográfica y estaba enfocando al garzón.

Cuando me vio venir me dijo:
-Sergio, ponte allí cerca del garzón soldado, para tomarte una foto-. Yo lo miré con un poco de preocupación, porque él estaba allí cerca del estanque, de pie en una sola pata, y no me gustó la mirada que me dio, pero... me puse cerca y traté de hacer una sonrisa con mi boca para la foto de mi mamá, y cuando ya casi estábamos en "pose" el garzón alargó su cuello y ¡me agarró la barriga con su pico! Uyyyyyyyy! Yo pegué un grito tan grande que el garzón me soltó rápido y corrí a la falda de mi mamá, ella primero puso cara de susto, blanca como la leche!, se quedó con la boca abierta como los muñequitos en los dibujos animados, pero después empezó a reírse conmigo, y los dos salimos pura risa y risa del susto que habíamos pasado.

Esa tarde, mientras mamá envolvía los regalos de Navidad para mi abuelo, mi tío y mis tías, y Catia, Josefina y Francisquito, que son mis primos, y yo la ayudaba a cortar la cinta y a escoger los papeles con dibujitos que se parecieran a la gente, yo pensaba y pensaba, ¿saben en qué?, pues en los felinos.

Mi mamá que casi todos los animales que vimos en el zoológico se llaman felinos.

Desde los gatos hasta los leones, pasando por el puma y el leopardo, todos son felinos, y entre ellos deben ser tíos y primos y abuelos, se parecen tanto!

Les decía pues, que no hice más que pensar en los felinos del zoológico porque me parecieron tan tristes, tan chiquiticos, cerraba mis ojos y los veía, dando vueltas en esas jaulas y como mirando hacia un lugar lejano, pensé:

¿Los traerían del Safari Carabobo? ¿Sus papás estarán allá?

Le pregunté a mi mamá y ella se quedó pensando mientras le echaba las fruticas confitadas a la mezcla de la torta negra, y me dijo:

-No sé, Sergio, en Margarita también había un Safari y se acabó, a lo mejor estos cachorritos nacieron allí...

¿Por qué no me ayudas a ponerle mantequilla al molde de la torta?

Mientras busqué la mantequilla se me ocurrió una idea, pero no podía decírsela a mi mamá todavía, porque era una idea un poco... como les diré, un poquito rara.

Ella puso la torta y me invitó a que sacáramos de las cajas las piezas del pesebre, esas figuritas están en la casa hace muchos años, uffff!, desde mucho antes de que yo naciera, mamá las saca todas las navidades y arregla con tela y papel periódico las montañas, para colocar la casa grande, donde va el niño y todo eso, y luego las colinas, donde pone espejitos que hacen de lagos, pastores con ovejas y casitas con papel de seda y escarcha en las ventanas, a mí me gusta ver cómo salen de las cajas todas esas cosas, cómo se va armando el pueblo, y cómo las ramas de los árboles que son de papel rizado duermen dentro de las cajas, pero al sacarlas y abrirlas con cuidado, ellas vuelven a estar despiertas y frondosas otra vez, una vez cada año.

Me puse a ordenar en el piso todos los animalitos que encontré, tenemos sobre todo gallinas y patos, ovejas mínimas que hizo Patricia, una prima de mamá, y un pavo real con la cola llena de colores.

Pero... no vi felinos.

Mamá, ¿por qué no hay tigres en el pesebre?

¿Tigres?!

Y a mi mamá se le cayó la guirnalda de papel de seda que estaba intentando colocar arriba en el techo, para colgar de ella la estrella de Belén, y ella misma casi se cae también.

Pues, tigres... ¿y para qué tigres?

Mira porque...

Hay caballos y gallinas, y hasta un elefante. ¿Por qué no tigres?

Mamá se bajó de la escalera, se sentó en un escalón, puso cara de pensar y dijo: Verdad, ¿por qué no?

Mamá, yo tengo entre mis juguetes unos tigres pequeños, ¿puedo traerlos y ponerlos aquí?
Sí, sí. Tráelos.

Cuando terminamos, el pesebre era todo un esplendor, tenía lucecitas que se prendían y se apagaban, casas en las laderas y gente conversando en todas partes, y a los tigres los pusimos en algunos patios jugando con niños o mirando a los patos en un lago de espejito.

Mi mamá hizo muchas bromas sobre lo que cenarían los tigres la noche de Navidad pero yo le contesté, que como era noche de Navidad seguro que los tigres se portaban bien y hasta jugaban con los patos y los demás.

Y yo creo que si son tigres domesticados... bueno.

Pero aproveché que mi mamá hablaba de tigres y de cena para explicarle mi plan.

Mamá había hecho un rico queso relleno de gallina que le enseñó a hacer mi tía Lucía y que además a ella se lo enseñó la abuela, y mamá dice que ese plato se comía siempre en su casa el día de Navidad.

Entonces tenemos ese queso rico, tenemos jamón, que ella mandó a cocinar en el horno de la panadería, tenemos una rica torta negra, y bueno... resulta que mi abuelo, mis tíos y mis primas están en Maracaibo y no pueden venir, y nosotros no vamos a ir, y en este barrio somos nuevos,... mamá prepara los regalos y las tarjetas y lo envía todo; pero la cena, bueno la cena es para nosotros dos...

Entonces... seguro que ustedes ya saben lo que yo pensé... bueno, eso fue lo que le propuse a mamá...

Ella se me quedó mirando cómo me mira siempre que necesita buscar una respuesta y tiene dudas, y dijo:

Pero, la noche de Navidad debe estar cerrado el zoológico...

Sí mamá, pero alguien debe cuidar los animales, seguro que a algunos de los guardias les toca turno esta noche.

-Verdad que sí, y habrá luces también.

Sí, y los felinos no se van a sentir tan solitos, y si no sabían lo que era eso de Navidad se enteran.

Y... Aquí estamos, mi mamá arregló todo en una cesta grande, dividió el queso en porciones, buscó platos de cartón, cubiertos, servilletas, preparó el ponche crema, que también le enseñó a hacer tía Lucía, jugo de parchita, un termo con agua, los dulces, el pan de jamón, y con eso nos vinimos aquí.

Mamá arregló todo sobre un mantel en la grama, y aquí están los señores que cuidan los animales y limpian de hojitas secas los caminos, sentados con nosotros, hay uno que hasta a cantado canciones esta noche, y yo estoy contento porque me gusta como mi mamá se ríe y porque, ustedes no lo creerán, pero, a estos felinos sí que les gusta el queso relleno de gallina que preparó mi mamá, además, estoy seguro de que ahora ellos saben lo que es esto de Navidad.


LAURA ANTILLANO

Laura Antillano, una de las escritoras venezolanas contemporáneas más fecundas, ha incursionado en el cuento, la novela, el ensayo y la narrativa infantil. Su producción literaria se inicia cuando apenas salía de la adolescencia y continúa en actividad.

Laura, narradora venezolana nacida en Caracas en 1950, hija adoptiva de Maracaibo y profesora de la Universidad de Carabobo en Valencia, Venezuela. Sus textos se caracterizan por construirse en torno a una sensibilidad muy individual, con claros visos autobiográficos, una mirada de mujer, que elabora temas narrativos desde la experiencia más inmediata, la cotidianidad, y desde un yo ficcional femenino elaborado con los hilos de la memoria. A partir de este centro, el yo mujer se multiplica en otros, se busca en la dispersión, más allá de sí mismo, en una escritura que adopta diversas formas: desde la narración fragmentaria en distintas manifestaciones, hasta la narración lineal, así como también la coexistencia de lenguajes múltiples que abarcan lo coloquial, la escritura íntima, el discurso poético.

Sus obras están marcadas por el encuentro de una memoria individual con una memoria colectiva. La geografía personal de la escritora entra en sus ficciones: Maracaibo, Caracas y Valencia, se convierten en la configuración de un mapa colectivo, de un imaginario del país, que se reúne con otros imaginarios como los de la cultura popular: el cine, la música popular, la publicidad, las noticias de prensa, la cultura universal, para trascender así la vida familiar y personal y reencontrarse en la historia. Todo ello permeado por una subjetividad que reúne la nostalgia con el asombro, teje narraciones cargadas de contenido afectivo y, en ocasiones, de alto vuelo poético.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

CREER Y TENER FE SON COSAS DISTINTAS


“Creer en Dios y tener fe en Él son dos cosas diferentes.
Una creencia carece de valor si no se la comprueba
viviendo conforme con ella. Al convertirse en experiencia,
la creencia se transforma en fe.” Paramahansa Yogananda



El día a día dentro del mundo ilusorio, muchos caemos en la trampa de auto-engañarnos, somos seres espirituales, en su mayoría nacemos y nos desarrollamos bajo una formación religiosa, o quizás dentro de una práctica espiritual específica. Sin embargo en la primera prueba donde es necesario demostrarnos a si mismo nuestra reafirmación en lo que creemos, corremos a terceros y en la primera orientación que nos indican hacemos acciones que no tienen nada que ver con nuestra Creencia, llámese (Dios, energía vital, omnipresencia, entre otros).
La experiencia nos hace ver esto, con frecuencia las emociones se apoderan a través de miedos, inseguridad, duda, cuando la prueba surge paralizando las acciones que la práctica espiritual indica como orar, meditar, realizar asanas, en fin aquello que se supone el conocimiento nos proporciona aunado con el desarrollo de los actos que hemos aprendido e incorporado a nuestro desarrollo religioso o espiritual.

La fe es irrefutable, se trata de convicción de la verdad, que no puede debilitarse ni siquiera ante la presencia de evidencias en su contra. Si existe dentro de la experiencia la creencia, ocurre y se fortalece la fe.

Ilustremos para mayor comprensión, supongamos que una persona padece una enfermedad, así los médicos declaren que no hay una esperanza debe permanecer tranquila, incluso la muerte no es nada para el que posee fortaleza espiritual.

En vez de abandonarse a la ansiedad la firmeza interior ayudará a que la intuición oriente sus acciones. Si Creemos en la omnipresencia, en ese ser supremo, si realmente es así, el efecto será instantáneo. Desarrollando una fe fortalecida, permitiendo traspasar cualquier obstáculo.

Las dudas sólo dejan resquebrajamiento debilitando en lo que imaginamos creer. Si decimos normalmente “yo creo en Dios”, o “Dios vive en mí”, quizás “Soy una parte de Dios” y en la primera circunstancia titubeamos, realmente nunca creímos en esa expresión sólo fue letra muerta.

La coherencia es pensar, sentir y hacer en cada acto lo que decimos, creer es crearlo, hacerlo realidad eso nos sostendrá y nos animará a “Ser”, cumplir nuestro propósito de vida y manifestar lo que somos.


“Tal vez desees creer,
e incluso pienses que crees,
pero si realmente crees,
el resultado será instantáneo”.
Paramahansa Yogananda 

lunes, 2 de noviembre de 2015

VIVIR EN LO NUEVO

"Cuando soplan vientos de cambio, algunos construyen muros otros molinos"
Proverbio Chino
Cuando realmente deseamos existir, desenvolvernos en algo desconocido, las nuevas acciones y cada cambio es un esfuerzo, pero a medida que vamos audazmente hacia adelante, viviendo con alegría de ello, ganando confianza, aprendiendo de nuestros errores, con decisión, poniéndonos en marcha, sin echar para atrás, llegamos a lograr la transformación necesaria.

Sólo hay que sostener paciencia, perseverancia, amor y una profunda comprensión con lo que nos rodea, vivir lo nuevo no es algo de lo que se hable, pues requiere de acción constante, un conocimiento consciente de que realmente estamos haciendo, especialmente para comenzar para llegar a la transformación.

La ayuda que requerimos esta en nuestro interno, durante ese hacer es importante sostener nuestros cuerpos, pensamientos y emociones en equilibrio. Nada mejor que durante el día, hacer un alto (como mínimo 4 veces) sentarnos en un espacio tranquilo o en el lugar que nos encontremos, cerrar nuestros ojos, respirar de manera profunda pausada, ayuda a visualizar nuestro estado, rescatando la paz para continuar, eso no requiere de mucho tiempo, si haces de ello una verdadera entrega y comunión con tu espíritu.

Cuando estamos aprendiendo, por ejemplo conducir un automóvil, conocemos cada una de sus partes, tenemos que pensar constantemente en lo que estamos haciendo, cuál es nuestro próximo movimiento, entre otras cosas, a medida que perseveramos y ganamos confianza, descubriendo en ese hacer que podemos manejarlo con menos y menos errores.

Todo esto es importante para vivir lo nuevo, recordando que la vida no es estática. Si buscamos nuestra transformación seamos perseverantes y no dejemos de manifestar amor.
“Vivir en lo nuevo
requiere un cambio constante,
un  estar en alerta,
sin rutina ni arraigos” E. Caddy


martes, 27 de octubre de 2015

CREENCIAS DEL HACER

En mi búsqueda sobre alimentar mis pensamientos, investigo lecturas de reflexión que me permitan auto examinar mis andares, encontré un escrito que realmente dejó mucho en mi, pues son muchas las veces que creemos que el estar atareados en faenas, nos da un nivel  que refleja estar en un estado de satisfacción o de auto realización, y que nos llevará a importantes posiciones o logros. Si profundizamos bien, en un 98%, por no decir más, son  realizadas para evadir-nos a nosotros mismos y enfrentar lo necesario para mejorar-nos y mejorar nuestro entorno, no es el hacer lo que nos conduce a nuestro Bienestar y eso lo sabemos todos y todas.

¿Sabemos cómo esta nuestro Corazón Hoy?
A continuación comparto el texto, disfruten,  ya que no tiene desperdicio:

LA ENFERMEDAD DE ESTAR OCUPADO
Hace unos días me encontré con una buena amiga. Me detuve para preguntarle qué tal le iba y saber cómo estaba su familia. Puso los ojos en blanco, miró hacia arriba y en voz baja suspiró: “Estoy muy ocupada… muy ocupada… demasiadas cosas ahora mismo.”

Poco después, le pregunté a otro amigo y le pregunté qué tal estaba. De nuevo, con el mismo tono, la misma respuesta: “Estoy muy ocupado, tengo mucho que hacer.”

Se le notaba cansado, incluso exhausto.

Y no sólo nos pasa a los adultos. Cuando nos mudamos hace diez años, estábamos emocionados por cambiarnos a una ciudad con buenos colegios. Encontramos un buen vecindario con mucha diversidad de gente y muchas familias. Todo estaba bien.

Después de instalarnos, visitamos a uno de nuestros amables vecinos y les preguntamos si nuestras hijas podrían conocerse y jugar juntas. La madre, una persona realmente encantadora, cogió su teléfono y empezó a mirar la agenda. Pasó un rato deslizando la pantalla y al final dijo: “Tiene un hueco de 45 minutos en las próximas dos semanas. El resto del tiempo tiene gimnasia, piano y clases de canto. Está muy ocupada.”

Los hábitos destructivos empiezan pronto, muy pronto.

¿Cómo hemos terminado viviendo así? ¿Por qué nos hacemos esto a nosotros mismos? ¿Por qué se lo hacemos a nuestros hijos? ¿Cuándo se nos olvidó que somos “seres” humanos y no “haceres” humanos?

¿Qué pasó con el mundo en el que los niños se ensuciaban con barro, lo ponían todo perdido y a veces se aburrían? ¿Tenemos que quererlos tanto como para sobrecargarlos de tareas y hacerles sentir tan estresados como nosotros?

¿Qué pasó con el mundo en el que podíamos sentarnos con la gente que más queremos y tener largas conversaciones sobre nosotros mismos, sin prisa por terminar?

¿Cómo hemos creado un mundo en el que tenemos más y más cosas que hacer con menos tiempo libre (en general), menos tiempo para reflexionar, menos tiempo para simplemente… ser?

Sócrates dijo: “Una vida sin examen, no merece ser vivida.”

¿Cómo se supone que podemos vivir, reflexionar, ser o convertirnos en humanos completos si estamos constantemente ocupados?

Esta enfermedad de estar “ocupado” es intrínsecamente destructiva para nuestra salud y bienestar. Debilita la capacidad de concentrarnos completamente en quienes más queremos y nos separa de convertirnos en el tipo de sociedad que tan desesperadamente clamamos.

Desde los años 50 hemos tenido tantas innovaciones tecnológicas que nos prometimos hacer nuestras vidas más fáciles, más rápidas, más sencillas. Aun así, hoy no tenemos más tiempo disponible que hace algunas décadas.

Para algunos de nosotros, “los privilegiados”, las líneas entre el trabajo y la vida personal desaparecen. Siempre estamos con algún aparato. Todo el tiempo.

Tener un smartphone o un ordenador portátil significa que deja de existir la división entre la oficina y nuestra casa. Cuando los niños se van a la cama, nosotros nos conectamos.

Una de mis rutinas diarias es revisar una avalancha de correos. Me suelo referir a esto como “mi yihad contra el correo”. Estoy constantemente enterrado bajo cientos y cientos de correos, y no tengo ni la más remota idea de cómo detenerlo. He intentado diferentes técnicas: respondiendo sólo por las mañanas, no respondiendo los fines de semana, diciéndole a la gente que nos comuniquemos cara a cara… Pero siguen llegando, en cantidades ingentes: correos personales, correos del trabajo, incluso híbridos. Y la gente espera una respuesta a esos correos. Ahora, resulta que quien está demasiado ocupado soy yo.
La realidad es muy diferente para otros. Para algunos, tener dos trabajos en sectores mal pagados es la única forma de mantener una familia a flote. El veinte por ciento de los niños de EE.UU. viven en la pobreza y muchos de sus padres trabajan por salarios mínimos para poner un techo sobre sus cabezas y algo de comida en la mesa. También están muy ocupados.

Los viejos modelos (incluyendo el del núcleo familiar sólo con un padre trabajando, si es que tal cosa alguna vez existió) ha pasado de largo para muchos de nosotros. Sabemos que existe una mayoría de familias en las que la unidad familiar está separada o con ambos padres trabajando. Y no funciona.

No tiene que ser así.

En muchas culturas musulmanas, cuando quieres preguntarle a alguien qué tal le va, dices: en árabe, ¿Kayf haal-ik? o, en persa, ¿Haal-e shomaa chetoreh? ¿Cómo está tu haal?

¿Qué es ese haal por el que preguntas? Es una palabra para preguntar por el estado transitorio del corazón de uno. En realidad preguntamos “¿Cómo está tu corazón en este momento exacto, en este mismo suspiro? 

Cuando nosotros preguntamos “¿Qué tal estás?”, esto es exactamente lo que queremos saber de la otra persona.

No pregunto cuantas cosas tienes por hacer, no pregunto cuántos correos tienes pendientes de leer. Quiero saber cómo estás en este preciso momento. Cuéntame. Dime que tu corazón está contento, dime que tu corazón está dolorido, que está triste y que necesita contacto humano. Examina tu propio corazón, explora tu alma y después cuéntame algo sobre ambos.

Dime que recuerdas que sigues siendo un ser humano, no sólo un “hacer” humano. Dime que eres algo más que una máquina completando tareas. Ten esa charla, ese contacto. Ten una conversación sanadora, aquí y ahora.

Pon tu mano en mi hombro, mírame a los ojos y conecta conmigo por un segundo. Cuéntame algo sobre tu corazón y despierta al mío. Ayúdame a recordar que yo también soy un ser humano pleno que necesita contacto con otros humanos.

Enseño en una universidad en la que hay muchos estudiantes orgullosos de si mismos con el estilo de vida “estudiar mucho, desfasar mucho”. Esto probablemente podría ser un reflejo de buena parte de nuestro estilo de vida.

No tengo soluciones mágicas. Lo único que sé es que estamos perdiendo la capacidad de vivir una vida plena.
Necesitamos una relación diferente con el trabajo y la tecnología. Sabemos lo que queremos: una vida con significado, sentido de humanidad y una existencia justa. No es sólo tener cosas. Queremos ser completamente humanos.

W. B. Yeats escribió una vez:
“Se necesita más coraje para escudriñar los rincones oscuros de tu propia alma que para luchar en un campo de batalla.”

¿Cómo se supone que vamos a examinar los rincones oscuros de nuestra alma si no tenemos tiempo? ¿Cómo podremos vivir una vida sujeta a examen?

Siempre soy prisionero de la esperanza, pero me pregunto si estamos dispuestos a reflexionar sobre cómo hacerlo y sobre cómo vivir de otra manera. De alguna forma, necesitamos un modelo diferente de reorganización individual, social, familiar y humanitaria.

Quiero que mis hijos se ensucien, que lo ensucien todo y que incluso se aburran. Quiero que tengamos un tipo de existencia en el que podamos detenernos por un momento, mirar a otras personas a los ojos, tocarnos y preguntarnos mutuamente ¿cómo está tu corazón? Me estoy tomando tiempo para reflexionar sobre mi propia existencia; estoy lo suficientemente en contacto con mi propio corazón y alma para saber cómo me siento y para saber cómo expresarlo.
¿Cómo está tu corazón hoy?

Déjame insistir en un tipo de conexión humano-a-humano en la que cuando uno de nosotros responda “Estoy muy ocupado”, podamos responder “Lo sé. Todos lo estamos. Pero quiero saber cómo está tu corazón.”



Artículo original por: Omid Safi
Traducción: Al gluten, buena cara

miércoles, 21 de octubre de 2015

ÉXITO EN LA VIDA

A través de lecturas, experiencias e intercambios de ideas, estamos al tanto que existimos dentro de un constante cambio, con altibajos, picos, hoyos, éxitos, fracasos, pero no es el evento en sí lo que importe, sino lo que aprendiste o estas aprendiendo de ello, como enfrentas o enfrentaste, como resuelves o resolviste determinada situación, como das respuesta a esas significativas circunstancias.

La vida tiene muchas lecciones valiosas para cada ser, lo importante es no quejarse, lamentarse, lo más meritorio es madurar, fortalecer la fibra moral y el carácter, ser un árbol sólido, capaz de afrontar los vientos más fuertes.

El verdadero éxito en la vida no se mide con superioridad mundana, esto quiere decir que la riqueza material  no es lo más importante, ÉXITO es mantenerse calmo, sereno(a), tanto en presencia de la prosperidad como en la adversidad, manteniendo la esencia del amor y mostrar tolerancia a todos, eso es éxito.

Mantener la ecuanimidad mental surge con lo que este imaginando, esto  puede ser las que nos lleve al equilibrio, sabiendo cómo están nuestros pensamientos, con que se conecta, que mira, que acobija. Debemos estar alerta, estar fuerte en saber las exigencias para sobreponernos a las circunstancias. Contener las cualidades Sátvicas como amor tolerancia, comprensión, imparcialidad, compasión, entre otras. Y preguntarse ¿Tengo sentimientos amorosos hacia todo el mundo?, ¿Estoy el mayor tiempo feliz y alegre? ¿Tengo paz mental constantemente? ¿Mi mente es ecuánime? Si las respuestas son positivas, entonces podremos decir que hemos logrado el ÉXITO.

 La conclusión es muy sencilla mientras vivas en este mundo puedes ser recordado y juzgado por tu estatus material, una vez mueres o te has ido, te recordaran únicamente por tus obras y hechos, no por tu riqueza material.

La prosperidad material trae éxito temporal, pero la prosperidad espiritual trae éxito permanente.

 No he conocido la felicidad en gente envuelta en un mundo totalmente material, pero he visto las miradas más sublimes, llenas de amor y felicidad en personas que cultivaron su espiritualidad.

Comprendamos y sostengamos el verdadero “éxito de la vida”.

martes, 13 de octubre de 2015

REVOLUCIONA TU ANDAR


Hay formas de renacer, encontrar tu verdadera esencia, romper con estructuras que no te pertenecen, sólo tu interno o voz interior, la sabiduría que despiertes y la armonía del amor te ayudaran. PAZ, VIDA y LUZ.


Aquí un bello escrito de Luis Bueno,  que nos dice mucho

Si te dicen que tú no puedes,
agradece el cauto aviso,
y luego escucha tu propia sabiduría.

Si te dicen que puedes con todo,
agradece el soplo de estímulo,
y luego atiende tu propia voz interior.

Siempre habrá, siempre,
quien quiera convertirse
en narrador anticipado de tu crónica.
En el "ya te avisé" de tus fracasos.
En el "ya te dije yo" de tus logros.

Quizá necesiten escuchar en ti
su propio relato vital,
o rubricar el libro de visitas de su vida
con tu mano y con tu firma.

Quizá simplemente hablen,
a través de ti, y sin tu permiso,
de su propio miedo o necesidad.

Si yo ahora te dijera
que tú puedes elegir lo adecuado,
que tú sabes jugar la carta correcta,
estaría otorgándome el mismo papel.

Por eso, y con todo mi respeto,
simplemente te digo,
olvídate de mis palabras
y haz lo que sientas.

Salud y paz.
Autor: Luis Bueno  #magosdelalma





No nos dejemos atrapar por la ilusión, no fomentemos al ego, redime lo que realmente eres y acepta con alegría la verdad. 
"UNO CON EL TODO"

viernes, 9 de octubre de 2015

LA ILUSIÓN DE MATRIX

En la India, Maya es el antiguo concepto de los Vedas, recogido luego posteriormente por otros como en el Tantra, en el Yoga, en el Budismo, en el Zen y en la diversidad de las tradiciones espirituales de Oriente, e incluso con otros términos, en el chamanismo occidental o el chamanismo tolteca de los originarios americanos.

El significado según las diferentes religiones Hindúes se entiende concentrarse en el concepto de “Ilusión”. Maya es la deidad principal que manifiesta, perpetua y gobierna la “ilusión” y el sueño de la dualidad en el universo de los fenómenos. Para algunos místicos esta manifestación es real. Cada persona u objeto físico, desde la perspectiva de la eternidad, es como una breve y perturbada gota de agua en un océano sin límites. La meta de la autorrealización espiritual es entender esto, sentir intuitivamente la diferencia entre el yo y el universo como una falsa dicotomía. Puesto que la idea que conciencia y la materia física, o la mente y el cuerpo son cosas diferentes, es el resultado de una no iluminada representación. No es sino el reflejo, la proyección cuántica en un universo de energía, de nuestro propio pensamiento, de nuestra percepción.


El concepto de Maya es una verdad ratificada completamente por la ciencia moderna, especialmente por la física cuántica. Lo que la física cuántica ha encontrado y asombrosamente demostrado, es que la realidad de la materia es no materia. Que cuando van a buscar la última partícula, la última pieza, el último ladrillo componente de la materia, lo único que encuentran es vacío. Lo único que encuentran es un mar infinito e indefinible de energía, un campo unificado de energía, un campo de infinitas posibilidades, donde todo está interconectado, independientemente de la distancia, donde rigen unas leyes diferentes a las experimentadas en nuestro mundo de la materia, y donde la energía responde a la mente y a las emociones humanas. De esta forma, la ciencia, confirma el antiguo concepto de Maya y demuestra el gran poder creativo del pensamiento humano, que no es otro que el Poder del Espíritu, del Universo, de Dios en nosotros.

Este poder podemos utilizarlo desde la creencia de la mente dormida y separada de todo lo que la rodea, desde la identificación con el ego, la entidad inconsciente y automatizada que ha dominado la mente humana durante milenos, o desde la Mente Superior, la conexión con el Ser que realmente somos, el Poder de Dios en nosotros.

Estos conceptos quizás los hemos leído, hemos podido disentir con nuestro maestros o maestras, condiscípulos de vida, sin embargo no logramos internalizar la comprensión hasta que accionamos conscientemente, para discernir la ilusión que podemos contener en nuestro diario vivir.
Meditar, clave para el proceso transformador
Vivenciar, reconocer la dualidad en nosotros y en lo que nos envuelve, saber sobre nuestra mente llamémosla ordinaria, unidas a las emociones presentes, como miedo, rabia entre otras, la separatividad, originan sufrimiento, muerte. Esto presenta el estar estados atrapados por milenios, es la mente dormida olvidando nuestra verdadera identidad, la prisión de la mente “La Matrix”.

Todo este ejercicio constante de examinar, de auto observarse, de visualizar en cuales trampas nos hemos regodeado permanentemente y auto engañado alimentándolas sin realizar las transformaciones necesarias, producto de nuestra pereza, miedo o mejor dicho comodidad.

El ego es una entidad que se ha ido formando en la mente humana, llegando a tomar autonomía propia y sometiéndola al mundo de creencias que alberga. De esta forma, el ser humano en su mayoría, ha estado utilizando todo el poder cuántico del universo, desde esa visión restringida de sí mismo y de lo que le rodea.

Quitarse la máscara, dejar atrás el papel que representas, desechar  lo que deseas proyectar al mundo, acercarse a la verdad, sentir tu verdad.

La mente que se ha sanado a sí misma, la mente que ha dejado atrás el ego y ha conectado con el Ser Superior, que se ha entregado y rendido al poder del Espíritu, el mundo al que se da origen es un mundo ligado al Verdadero Poder: el poder de Dios en nosotros. Este poder es un poder ligado al amor, a la unión con todo, a la intemporalidad, a la verdadera creación, a la Dicha.  “Satchidananda" (existencia absoluta, conocimiento absoluto y dicha absoluta).

El mundo material no es sino un experimento de Dios consigo mismo. Dios “baja” a la materia y se olvida de sí mismo y es a través del trabajo de “recordarse”, como se unen los opuestos, se cierra el círculo y la Tierra se une al Cielo.  
Om
bur buváj suáj
tat savitúr váreniam
bargo devásia dímaji
díio io naj prachodáiat
ॐ भूर्भुवः स्वः ।
तत् सवितुर्वरेण्यं ।
भर्गो देवस्य धीमहि ।
धियो यो नः प्रचोदयात् ॥

NUEVA PUBLICACIÓN

UN CONTAMINANTE: EL RUIDO

El ruido, dentro de algunas definiciones, determina a todo sonido no deseado que altera el bienestar en el ser humano. En las ciudades muy p...